En los primeros años de la década de los 60, el humilde zapatero José Sosa Ticas, pasaba muy a menudo por Santa Rosa, en ruta desde San Vicente hacia Honduras, en donde vendía sus zapatos. Eran tiempos en que los artesanos visionarios salían de sus comunidades para promover sus productos y aumentar sus ventas. Pero José Sosa Ticas, además de zapatero tenía la magia de la música en sus venas; tocaba en la marimba orquesta “Alma Vicentina” en la cual compartía instrumentos con Andrés Rodríguez, fundador de la famosa “Orquesta Hermanos Flores”.
Por decisión que no he logrado esclarecer, José Sosa Ticas se traslada a Santa Rosa con toda su familia; lo acompañaba su paciente esposa Doña Cecilia Serrano y 4 hijos.
En 1962, ya radicado en Santa Rosa de Lima, José Sosa Ticas formó el conjunto musical “Alma Limeña”, al estilo popularmente conocido como “chanchona”, con contrabajo y violines. Los otros integrantes fueron Joaquín Melgar, Mario Fuentes (“Pajarita”), Manuel Ramírez y Mario Ventura (“Pata de Zope”); y, el “Alma Limeña”, comenzó a amenizar fiestas familiares y populares y José Sosa Tica pasó a ser el “Maestro Ticas”, como se le conoció durante toda su vida.
Como en estos países pobres, el arte no alcanza para matar al hambre, la mayoría de sus integrantes emigraron a la costa norte de Honduras para participar de la riqueza que los trabajadores centroamericanos le creaban a la United Fruit Company y sus aliados hondureños.
Para 1969, el “maestro Ticas” ya concretizaba otro proyecto; junto a sus hijos Chepe y René, ofrecía a Santa Rosa y los pueblos aledaños el conjunto “Blue Star” con un repertorio musical cargado de merengue, cumbia y boleros tropicales. Quién no recuerda haber bailado con la Blue Star, “Luces de Nueva York” y otros boleros que levantaban a la mayoría de los asistentes de sus asientos.
La guerra de los hermanos desposeídos surgida entre Honduras y El Salvador en julio de 1969 provocó el retorno de nuestra vecina Honduras de miles de salvadoreños, en cuenta los integrantes de la original “Alma Limeña”, Joaquín Melgar y Mario Fuentes, quienes se integran a la recién nacida “Blue Star”. Tiempo después, esto dos músicos dejan el grupo para formar la “Onda Musical” radicada inicialmente en Nueva Esparta.
Con la paciencia y educación como virtudes, el “Maestro Ticas” instruyó al resto de sus hijos en el oficio de músico y para 1973, incorpora a Omar, en la percusión; Iván en la batería y Herberth en la trompeta. Con ellos nació el grupo musical “Génesis”.
De izquierda a derecha, primera fila: El Maestro Ticas, Integrante A, Efrén Ticas?, Herberth Ticas, Minga, Iván Ticas; segunda fila: Saúl Ticas, Integrante B, Chepe Ticas.Por decisión que no he logrado esclarecer, José Sosa Ticas se traslada a Santa Rosa con toda su familia; lo acompañaba su paciente esposa Doña Cecilia Serrano y 4 hijos.
En 1962, ya radicado en Santa Rosa de Lima, José Sosa Ticas formó el conjunto musical “Alma Limeña”, al estilo popularmente conocido como “chanchona”, con contrabajo y violines. Los otros integrantes fueron Joaquín Melgar, Mario Fuentes (“Pajarita”), Manuel Ramírez y Mario Ventura (“Pata de Zope”); y, el “Alma Limeña”, comenzó a amenizar fiestas familiares y populares y José Sosa Tica pasó a ser el “Maestro Ticas”, como se le conoció durante toda su vida.
Como en estos países pobres, el arte no alcanza para matar al hambre, la mayoría de sus integrantes emigraron a la costa norte de Honduras para participar de la riqueza que los trabajadores centroamericanos le creaban a la United Fruit Company y sus aliados hondureños.
Para 1969, el “maestro Ticas” ya concretizaba otro proyecto; junto a sus hijos Chepe y René, ofrecía a Santa Rosa y los pueblos aledaños el conjunto “Blue Star” con un repertorio musical cargado de merengue, cumbia y boleros tropicales. Quién no recuerda haber bailado con la Blue Star, “Luces de Nueva York” y otros boleros que levantaban a la mayoría de los asistentes de sus asientos.
La guerra de los hermanos desposeídos surgida entre Honduras y El Salvador en julio de 1969 provocó el retorno de nuestra vecina Honduras de miles de salvadoreños, en cuenta los integrantes de la original “Alma Limeña”, Joaquín Melgar y Mario Fuentes, quienes se integran a la recién nacida “Blue Star”. Tiempo después, esto dos músicos dejan el grupo para formar la “Onda Musical” radicada inicialmente en Nueva Esparta.
Con la paciencia y educación como virtudes, el “Maestro Ticas” instruyó al resto de sus hijos en el oficio de músico y para 1973, incorpora a Omar, en la percusión; Iván en la batería y Herberth en la trompeta. Con ellos nació el grupo musical “Génesis”.
Pedro René, quizá el músico más prolífico de los “Ticas”, realizó una gira por los Estados Unidos de Norteamérica con la Orquesta de “Chucho Tovar Flores”, la segunda de importancia a nivel nacional. En una de las fiestas patronales de un pueblo del oriente del país, el director de la Chucho Tovar Flores, reparó en la pericia de René y lo invitó a viajar con ellos al país del norte. René regresó pero muy pronto emigró por su cuenta, y ahora forma parte de un grupo musical en aquel país.
Pero las enseñanzas del “Maestro Ticas” no solo llegaron a sus hijos, muchos jóvenes humildes, lograron salir de sus pobrezas y tener un oficio como sustento; entre ellos sus vecinos Memo y Edgar (Zapatón), ambos de apellido Menjívar, que por muchos años trabajaron con los “Ticas”.
La “Blue Star” primero y el “Grupo Génesis” posteriormente, siempre fueron conocidos por el pueblo como “Los Hermanos Ticas”, o cariñosamente “Los Ticas”, como un reconocimiento al esfuerzo y talento de la familia. El grupo traspasó fronteras y fueron muchas las “tocadas” en los pueblos fronterizos de Honduras y de Nicaragua. El grupo terminó su vida como “Grupo Genésis”, 14 años después del fallecimiento del “Maestro Ticas”, dirigido por el primogénito José Edmundo Serrano Ticas, “Chepe Ticas”, acompañado por sus hermanos Herbert y Efren, el menor de todos, ahora también radicado en Los Estados Unidos de Norteamérica.
Con estas palabras se rinde un sincero homenaje a esta familia que por muchos años nos alegró con su música, nos acompañó en momentos familiares y populares que merecían celebrarse con el mayor de los deleites para el ser humano: la música. El ejemplo de humildad y dedicación al trabajo de su padre todavía perdura en la memoria de este pueblo que lo acogió y gozó con su arte y oficio.
Mi agradecimiento a Chepe por recibirme cordialmente y haber compartido la maravillosa historia de su familia.
También agradezco a Herberth, con quién compartí pupitres en nuestros tiempos de estudiantes, sus atenciones para escribir estas líneas.
Solo me resta instar a nuestros representantes oficiales, para que desde sus puestos hagan un reconocimiento público a esta familia.
La fotografía mostrada es del último “Grupo Génesis” en ella aparecen Chepe, Herbert y Efrén.
Pero las enseñanzas del “Maestro Ticas” no solo llegaron a sus hijos, muchos jóvenes humildes, lograron salir de sus pobrezas y tener un oficio como sustento; entre ellos sus vecinos Memo y Edgar (Zapatón), ambos de apellido Menjívar, que por muchos años trabajaron con los “Ticas”.
La “Blue Star” primero y el “Grupo Génesis” posteriormente, siempre fueron conocidos por el pueblo como “Los Hermanos Ticas”, o cariñosamente “Los Ticas”, como un reconocimiento al esfuerzo y talento de la familia. El grupo traspasó fronteras y fueron muchas las “tocadas” en los pueblos fronterizos de Honduras y de Nicaragua. El grupo terminó su vida como “Grupo Genésis”, 14 años después del fallecimiento del “Maestro Ticas”, dirigido por el primogénito José Edmundo Serrano Ticas, “Chepe Ticas”, acompañado por sus hermanos Herbert y Efren, el menor de todos, ahora también radicado en Los Estados Unidos de Norteamérica.
Con estas palabras se rinde un sincero homenaje a esta familia que por muchos años nos alegró con su música, nos acompañó en momentos familiares y populares que merecían celebrarse con el mayor de los deleites para el ser humano: la música. El ejemplo de humildad y dedicación al trabajo de su padre todavía perdura en la memoria de este pueblo que lo acogió y gozó con su arte y oficio.
Mi agradecimiento a Chepe por recibirme cordialmente y haber compartido la maravillosa historia de su familia.
También agradezco a Herberth, con quién compartí pupitres en nuestros tiempos de estudiantes, sus atenciones para escribir estas líneas.
Solo me resta instar a nuestros representantes oficiales, para que desde sus puestos hagan un reconocimiento público a esta familia.
La fotografía mostrada es del último “Grupo Génesis” en ella aparecen Chepe, Herbert y Efrén.